¿Por qué los
derechos humanos, son humanos? ¿Por qué
se dice que son universales? ¿Por qué, al menos en occidente, todo el mundo
está de acuerdo en que cualquier país, no importa su cultura, historia o
tradición debe protegerlos? ¿Por qué su protección es capaz de superar
cualquier argumento de soberanía, autodeterminación de los pueblos o de
libertades individuales?
En el fondo, la
pregunta que intento plantear es ¿cuál es el fundamento de los derechos
humanos? ¿En qué se apoya su fuerza?
Se podría pensar
en una respuesta sencilla: porque toda persona nace con ellos y nadie los puede
violar. Esta contestación es un tanto superficial. Un mínimo de reflexión
obligaría a preguntar ¿de dónde surge que todos nacen con ellos? ¿por qué nadie
los puede violar?
Algunos podrían
decir que los derechos son humanos y son universales porque hemos llegado al
consenso social de que así sean. Esta opinión, muy difundida, me resulta pobre.
Por un lado, nos
llevaría a concluir que los derechos humanos existen porque la sociedad se los
inventó. Todos nos damos cuenta, al menos eso creo, que semejante afirmación
atenta al sentido común. Los derechos humanos no nos los inventamos en 1948, con
la resolución de la ONU. El documento fue llamado “Declaración Universal” y no
el “Decreto de Creación”. Lo que se hizo fue reconocer públicamente que existen unos derechos que son
inviolables.
Por otro, si el fundamento
de los derechos humanos es el consenso social, eso justificaría que una nación
o un gobierno, rehusara entrar en el consenso y ya no estaría obligado a
respetar los derechos humanos. Si este fuera el caso no se podría hablar de
derechos universales.
Por estas
razones, no estoy de acuerdo con fundamentar los derechos humanos en el
consenso social.
Pienso que los
derechos humanos existen porque la humanidad reconoce unos límites a las
libertades individuales que surgen del propio hombre simplemente por el hecho
de serlo. En distintos momentos históricos, por razones diversas, la sociedad ha
descubierto, que hay algo en todo
hombre que exige un respeto incondicionado de los demás. Ese algo no existe porque otros se hayan
puesto de acuerdo para que existiera, sino que notamos que la propia dignidad
del hombre lo exige por sí mismo. Esto es tan evidente, que incluso acordamos
que ese algo debe protegerse aunque
el mismo interesado no esté en condiciones de exigir esa protección. Por
ejemplo, los derechos humanos de los niños.
Los derechos
humanos no pueden fundamentarse en un criterio subjetivo - lo que el consenso
social decida - sino en uno objetivo: la
dignidad del hombre en sí mismo.
Una consecuencia
de que los derechos humanos tienen un fundamento objetivo, es que no pueden
“crearse” derechos humanos, sino simplemente descubrirse, reconocerse. No está
dentro de las facultades de las legislaturas nacionales, ni de la comunidad
internacional, crear o definir derechos humanos discrecionalmente. Los derechos
humanos solo lo serán si son un reflejo, de ese algo objetivo, que hemos llamado dignidad humana.
La humanidad,
gracias a Dios, es tan rica en culturas, tradiciones, personalidades,
intereses, que ese algo objetivo
común a todo hombre pienso que debe estar integrado por pocas cosas y muy
específicas. Es decir, pienso que los derechos humanos, son pocos y concretos.
Entender un
derecho como Derecho Humano, lleva como consecuencia que es exigible a todo
hombre, en prácticamente, cualquier circunstancia, no importa en qué parte del
planeta viva, que religión profese, sea hombre o mujer, casado o soltero, etc.
Por eso, la falta de seriedad o el error en la determinación de un derecho como
humano podría lesionar la libertad y la diversidad cultural de la humanidad. Dejarían
de ser universales.
Hay un riesgo
aún mayor. Con la fuerza adquirida por los medios de comunicación algunos
grupos de poder podrían favorecer la declaración como derecho humano de una
realidad que no solo no es parte de ese algo
fundamental sino que es contrario a él. Esto es un riesgo real y serio que
amenaza actualmente a nuestra civilización. El caso paradigmático es el intento
de crear el derecho humano al aborto, es decir el derecho humano al homicidio. Así, los derechos humanos pierden su
humanidad.
Los derechos
humanos son un elemento clave a proteger y presupuesto necesario para un
diálogo de paz en el mundo globalizado. Pero sino reconocemos su fundamente
objetivo, corremos el riesgo de que no
sean ni humanos, ni universales. Es decir, los destruiríamos.
El desarrollo de
los derechos humanos no se trata de inventarnos unos derechos para que nadie
pelee, sino tratar de conocer cada vez mejor al hombre y dar con lo propio de
su dignidad y eso, y solo eso, reconocerlo como derecho humano.