Con la cantidad
de películas de superhéroes que ha salido últimamente, me he propuesto escribir
la historia de algunos de ellos que no tienen película y probablemente no la
tendrán nunca. A veces, se narran sus historias cuando son impresionantes y
llamativas. Pero las más heroicas, las que los hacen ser auténticos superhéroes,
pasan desapercibidas a los ojos del mundo. O dicho más propiamente, a los ojos
de casi
todo el mundo.
Curiosamente, la
gran mayoría de ellos, no sabe que son superhéroes. Lo ignoran a tal nivel que
son capaces de abandonar su misión secreta para dedicarse a otra, que por ser
menos secreta, es más aplaudida pero que es a todas luces, menos heroica. Menos
útil para salvar al mundo de los villanos.
Pero, ¿cómo es
posible que un superhéroe no sea consciente de su grandeza? Pues es una buena
pregunta. La respuesta es sencilla. La heroicidad de sus acciones no es de las
que salen en el periódico o en el noticiero. Tampoco de las que la gente
comenta por la calle con admiración. En contadas ocasiones, alguno de ellos
recibirá un reconocimiento oficial.
No se le hacen grandes entrevistas proponiéndolos como modelos a seguir.
Y como dato curioso, normalmente, tiene poco dinero.
Todo esto contribuye
a que nuestros protagonistas pocas veces caigan en cuenta de que son
superhéroes.
Por otro lado,
estos superhéroes, son superhéroes para unas personas que no le agradecen su
heroísmo, ni le aplauden lo que hacen. Incluso pueden llegar a ser muy
ingratas. El asunto aquí, es que esta actitud no es voluntaria. Estas personas se
comportan así por ignorancia, son muy
inmaduras para reconocer la grandeza de lo que sucede frente a sus narices.
Gracias a Dios,
esta lamentable situación de ignorancia, no dura para siempre. Los beneficiados
maduran y la vida les muestra, que todo lo que son y tienen es fruto de esos superhéroes. Es entonces cuando
su agradecimiento se desborda y procuran de mil maneras retribuir lo recibido. Simultáneamente,
los superhéroes se asombran al darse cuenta que años de heroísmo silencioso, no
eran en verdad silenciosos. Sus acciones, aunque no sonaban en los micrófonos
de la radio ni aparecían en los titulares del periódico, retumbaban tan fuertes
en la vida de sus beneficiados, que quedaban grabadas para siempre.
Y es que esta es
la realidad: los padres y madres de familia, si lo son de verdad, son
auténticos superhéroes para sus hijos. Preparar la lonchera para la escuela
cada mañana, salir antes del trabajo para compartir un rato con los hijos antes
de la hora de dormir, hacer las asignaciones con ellos, dejar el televisor para
escuchar sus historias, salir a pasear con ellos, etc. etc. etc. No serán
noticias de periódico pero son auténticos heroísmos que todos los hijos valoran
aunque no tengan la edad para expresarlo.
Me he animado a
escribir esto, pensando en todos los padres y madres de familia que sienten que
sus esfuerzos caen en saco roto. Que sepan que no es así. Nunca caen en saco
roto. Cuando llegan las dificultades de
la vida, cada uno se da cuenta de que Superman no existe, Spiderman no puede
ayudarnos, Thor no aparece por ningún
sitio y Aquaman no tiene respuestas a nuestros problemas. Es entonces, cuando
recordamos y reconocemos a los superhéroes de nuestra vida real: papá y mamá.