¿Si usted fuera dueño de una finca la
entregaría a los trabajadores? ¡Si claro!, contestó el aspirante.
Y si usted poseyera un carro, ¿lo entregaría al
Partido para el uso de todos los camaradas? ¡Por supuesto!, siguió
respondiendo.
Y, si tuviera una bicicleta, ¿la daría al Partido?
No, -reconoció el interesado- la bicicleta no porque la bicicleta si la tengo.
Al oír la historia, primero, me reí y luego me
hizo pensar. ¡Qué diferencia cuando los planteamientos dejan de ser teóricos y
nos afectan en lo concreto! Me pregunto, ¿Por qué?, porque solo en lo concreto puede
captarse el auténtico valor de las cosas y situaciones de nuestra vida.
La definición de un beso, quizá alimenta la
curiosidad pero poco más; la enfermedad explicada en un libro, acaso despierta alguna
vocación de médico. Pero, el beso de una madre nos explica que significa
sentirse querido, y la enfermedad de un hijo qué significa sufrir. En la realidad, en lo concreto es donde somos
capaces de captar, si se me permite la expresión, la vitalidad
de la vida, su fuerza interna, aquello que la hace atractiva.
Pienso que esto fue lo que quizo decirnos John
Lennon con su conocida frase “la vida es aquello que te pasa mientras estas
ocupado haciendo otros planes”. Quizá ese gran artista, se caería de espanto al
ver las horas infinitas que estamos frente a las pantallas, mientras nuestro
mundo pasa, y con él tanta belleza. No permitamos que esto suceda. Salgamos al
encuentro de ese mundo nuestro, y descubramos la infinita riqueza que encierra
en cada detalle, en cada mirada, en cada
conversación… Esta experiencia es para
mí una definición del verbo vivir.