Cuando alguna vez recomendé a un
adolescente que empezara a leer un libro, me preguntó por dónde empezaba. Por
el principio, le contesté. Pero, ¿cuál principio? Fue su respuesta. Tomé el
libro que le había sugerido y lo abrí para mostrarle la obviedad de que el
principio es la primera página. Inmediatamente me di cuenta de la razón de la
pregunta. El libro tenía, antes del primer capítulo, una nota del editor, una
reseña biográfica del autor, el prólogo y solo después, venía el primer
capítulo. Le expliqué lo que significaba cada cosa, le resolví las dudas y con
ello, se animó a leer.
La experiencia me sirvió para comprender qué
importante es ayudar a superar las dificultades que enfrenta quien desea
desarrollar el hábito de lectura. En su momento pensé escribir un artículo al respecto,
pero no lo hice. Por razón de los comentarios que he
recibido sobre mi artículo anterior, ahora retomo esa idea. Deseo ofrecer alguna respuesta a la pregunta ¿para qué leer?
En mi último artículo, afirmé que “la
mediación cultural exige un compromiso de estudio serio que, a la luz de un
profundo respeto por los derechos y la dignidad de la persona humana, nos
permita descubrir qué se debe conservar y qué se debe cambiar, para que
realmente construyamos una sociedad más justa”. Esa frase plantea preguntas
complejas y desafiantes. Por ejemplo: ¿en qué consiste la dignidad de la
persona humana? ¿cuál es el fundamento de esa dignidad? ¿cuáles son los
derechos que se derivan de ella? ¿Qué hace exactamente a una sociedad más
justa? ¿Qué cambios sociales han hecho avanzar a una sociedad? ¿Cuáles le han
hecho retroceder? ¿Qué significa exactamente avanzar o retroceder cuando se
habla de la persona humana?
Intentar contestar esas preguntas fundamentados
únicamente en reflexiones personales hechas sobre experiencias personales
ofrecería respuestas pobres y limitadas. La reflexión y la experiencia de
alguien, por más amplia que sea, es siempre minúscula en relación a toda la
historia humana. Además, sería superficial ignorar que llevamos siglos buscando
respuestas a esas preguntas, el patrimonio cultural que ha producido ese
esfuerzo es inmenso.
La puerta de entrada a ese patrimonio es la
lectura. A través de ella, desde cualquier habitación del mundo, podemos viajar
en el tiempo para conocer, desde dentro, las historias y las ideas que han ido
dando forma a la humanidad. Además, la lectura por su naturaleza exige tiempo y
concentración, dos realidades indispensables para el desarrollo del
pensamiento. Este esfuerzo por leer, que llega convertirse en auténtico placer,
es parte del compromiso de estudio serio que planteé como condición de
una eficaz mediación cultural. Es un requisito que hace posible ir perfilando
lo que nos define como seres humanos y ofrecer auténticas soluciones de
progreso social.
En palabras de Miriam Bethencourt, una autora en
ascenso, “reading unlocks the secrets of the world so that I can become a
better part of it” (La lectura destapa los secretos del mundo para que
cada uno pueda ser mejor dentro de él).
- Comenzar por leer libros de interés personal. No solamente porque alguien los recomienda. Si al lector no le interesa el tema difícilmente disfrutará la lectura.
- Recomiendo https://www.delibris.org/. En esa web pueden encontrar libros de calidad ordenados por temas. Se
pueden encontrar todo género de textos.
También estas dos cuentas de Instagram sugieren textos de literatura de
calidad (no ensayos, ni reportajes, etc.): @noencuentrolibros @somosbooktubers
- Si eres una persona más auditiva, aprovecha los Audiobooks. Hay bibliotecas digitales con muchos asudiolibros gratis porque no tienen derechos de autor. Por ejemplo: https://librivox.org/
- Leer
todos los días. Al menos un párrafo.
- No tener prisa por acabar libros. El fin de la lectura es enriquecerse con ellos,
no terminarlos a toda velocidad.
- No
extrañarse de que cueste. La lectura es un hábito. Y como todos los hábitos
valiosos, son exigentes.
Efectivamente la frase que usaste en el artículo anterior es densa para algunos de nosotros los mortales. Mucho mejor ahora tus recomendaciones para incursionar con gozo a la lectura: claras, asequibles y animantes. Sigue escribiendo, compartiendo.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias! ¡Seguimos pa'lante!
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