viernes, 28 de febrero de 2014

¿Por qué son humanos, los Derechos Humanos?




¿Por qué los derechos humanos, son humanos? ¿Por qué se dice que son universales? ¿Por qué, al menos en occidente, todo el mundo está de acuerdo en que cualquier país, no importa su cultura, historia o tradición debe protegerlos? ¿Por qué su protección es capaz de superar cualquier argumento de soberanía, autodeterminación de los pueblos o de libertades individuales?

En el fondo, la pregunta que intento plantear es ¿cuál es el fundamento de los derechos humanos? ¿En qué se apoya su fuerza?

Se podría pensar en una respuesta sencilla: porque toda persona nace con ellos y nadie los puede violar. Esta contestación es un tanto superficial. Un mínimo de reflexión obligaría a preguntar ¿de dónde surge que todos nacen con ellos? ¿por qué nadie los puede violar?

Algunos podrían decir que los derechos son humanos y son universales porque hemos llegado al consenso social de que así sean. Esta opinión, muy difundida, me resulta pobre.

Por un lado, nos llevaría a concluir que los derechos humanos existen porque la sociedad se los inventó. Todos nos damos cuenta, al menos eso creo, que semejante afirmación atenta al sentido común. Los derechos humanos no nos los inventamos en 1948, con la resolución de la ONU. El documento fue llamado “Declaración Universal” y no el “Decreto de Creación”. Lo que se hizo fue reconocer públicamente que existen unos derechos que son inviolables.

Por otro, si el fundamento de los derechos humanos es el consenso social, eso justificaría que una nación o un gobierno, rehusara entrar en el consenso y ya no estaría obligado a respetar los derechos humanos. Si este fuera el caso no se podría hablar de derechos universales.

Por estas razones, no estoy de acuerdo con fundamentar los derechos humanos en el consenso social.  

Pienso que los derechos humanos existen porque la humanidad reconoce unos límites a las libertades individuales que surgen del propio hombre simplemente por el hecho de serlo. En distintos momentos históricos, por razones diversas, la sociedad ha descubierto, que hay algo en todo hombre que exige un respeto incondicionado de los demás. Ese algo no existe porque otros se hayan puesto de acuerdo para que existiera, sino que notamos que la propia dignidad del hombre lo exige por sí mismo. Esto es tan evidente, que incluso acordamos que ese algo debe protegerse aunque el mismo interesado no esté en condiciones de exigir esa protección. Por ejemplo, los derechos humanos de los niños.

Los derechos humanos no pueden fundamentarse en un criterio subjetivo - lo que el consenso social decida -  sino en uno objetivo: la dignidad del hombre en sí mismo.

Una consecuencia de que los derechos humanos tienen un fundamento objetivo, es que no pueden “crearse” derechos humanos, sino simplemente descubrirse, reconocerse. No está dentro de las facultades de las legislaturas nacionales, ni de la comunidad internacional, crear o definir derechos humanos discrecionalmente. Los derechos humanos solo lo serán si son un reflejo, de ese algo objetivo, que hemos llamado dignidad humana.

La humanidad, gracias a Dios, es tan rica en culturas, tradiciones, personalidades, intereses, que ese algo objetivo común a todo hombre pienso que debe estar integrado por pocas cosas y muy específicas. Es decir, pienso que los derechos humanos, son pocos y concretos.

Entender un derecho como Derecho Humano, lleva como consecuencia que es exigible a todo hombre, en prácticamente, cualquier circunstancia, no importa en qué parte del planeta viva, que religión profese, sea hombre o mujer, casado o soltero, etc. Por eso, la falta de seriedad o el error en la determinación de un derecho como humano podría lesionar la libertad y la diversidad cultural de la humanidad. Dejarían de ser universales.

Hay un riesgo aún mayor. Con la fuerza adquirida por los medios de comunicación algunos grupos de poder podrían favorecer la declaración como derecho humano de una realidad que no solo no es parte de ese algo fundamental sino que es contrario a él. Esto es un riesgo real y serio que amenaza actualmente a nuestra civilización. El caso paradigmático es el intento de crear el derecho humano al aborto, es decir el derecho humano al homicidio.  Así, los derechos humanos pierden su humanidad.

Los derechos humanos son un elemento clave a proteger y presupuesto necesario para un diálogo de paz en el mundo globalizado. Pero sino reconocemos su fundamente objetivo, corremos el riesgo de que no  sean ni humanos, ni universales. Es decir, los destruiríamos.


El desarrollo de los derechos humanos no se trata de inventarnos unos derechos para que nadie pelee, sino tratar de conocer cada vez mejor al hombre y dar con lo propio de su dignidad y eso, y solo eso, reconocerlo como derecho humano. 
"Lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada"
Edmund Burke