domingo, 30 de abril de 2017

Inocente soy




Todos tenemos la imperiosa necesidad de estar en paz con nuestra conciencia. Por eso, me atrevo a afirmar que, en mil formulaciones distintas, cada ser humano se pregunta a sí mismo con cierta frecuencia ¿yo soy buena persona? 

Sobre la respuesta a esa pregunta versa esta reflexión. Diría que tiene su orgien (la reflexión) en la impresión que me causan las declaraciones de Poncio Pilatos en el pseudo juicio que le hizo a Jesús de Nazaret. Para eximirse de responsabilidad, declara: inocente soy de la sangre de este justo, vosotros veréis. Luego, se lava las manos. Y con eso, al menos ante su conciencia, parece haber resuelto el problema. Horas después se produce un homicidio que él pudo haber evitado. Es un ejemplo de la tragedia que suponen las faltas de omisión. 

Poder afirmar "yo no le hago daño a nadie" parece haberse convertido en la aspiración moral más elevada del hombre moderno.  Una nueva ética se ha instaurado en el mundo: ser bueno no consiste en hacer el bien, sino en no hacer el mal. Expresiones que evidentemente no son sinónimas. 

Bajo esta nueva ética el mundo se ha empobrecido. Dejamos de sentirnos responsables de la superación personal de quienes nos rodean. Abandonamos a su suerte a cada hombre, olvidando que solo con el apoyo de otros el ser humano puede mejorar. Y lo que es peor, vivimos con la conciencia adormecida, ciegos ante el sufrimiento de tantos, porque pensamos que como no somos los causantes de un mal, estamos eximidos de hacer algo por remediarlo. 

Tenemos que recuperar la conciencia de que el hombre bueno evita el mal pero también procura el bien. Y no solo el propio sino el de los demás. De este modo vamos humanizando este mundo nuestro que sufre tantas heridas, agravadas muchas veces por la indiferencia de los que se creen buenos. Nadie puede contentarse y sentirse satisfecho porque "no le hace mal a nadie". Esto es algo, pero muy poco. Quizá podría afirmarse que es la ética en su versión más primitiva.

Puede ayudar que cada día antes de dormir nos preguntáramos: ¿qué bien hice hoy por los demás? ¿que situación difícil ayudé a superar? 


1 comentario:

  1. Yes, very good article. Specially because it localizes the source: the modern culture.
    And specifically attractive is the idea suggesting that it is a primitive ethic. It is indeed! Many of these modern ethics truly bring culture back. They propose tribes instead of families and individuals/slaves instead of persons. And then they say they are modern, progressive. So deceitful.

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"Lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada"
Edmund Burke