jueves, 24 de septiembre de 2009

Un aporte externo

Quería compartir con ustedes este comentario. Me lo hizo llegar uno de mis más asiduos lectores: mi madre. Es un texto que contiene la cita de Edmund Burke que preside este blog. Los dejo con las palabras de Robert Peters,

THE IMPORTANCE OF MAKING COMPLAINS

"There are, of course, many reasons why people don't make complains, but most people don't make complains either because they are too busy and tired or because they think their voice won't be heard.
"The price of liberty is eternal vigilance". To preserve our liberty each generation must pay a price. They also forget: " The only thing necessary for evil to triumph is for good people to do nothing". They also make the mistake of doing nothing because they can't do everything.
" I don't care how busy and tired I am; I don't care what others do or don't; I'm going to do the right thing," things would begin to change for the better and quickly.

By Robert Peters, President of Morality in Media

domingo, 20 de septiembre de 2009

Patriotismo del bueno





Esta es una historia que no viví personalmente, por eso no estará narrada en primera persona. La historia comienza con una familia que  - por asuntos políticos - tiene que salir de su tierra natal.  Los miembros asumen esa difícil experiencia de la emigración como una aventura. Con mucho optimismo van amoldándose a la nueva cultura. En mayor o menor medida todos sus miembros van conociendo la historia, la geografía, las instituciones políticas, las manifestaciones culturales, el idioma, las costumbres sociales de la nueva tierra. Van conociendo a muchas personas y consolidando amistades con muchas de ellas,  con otras  -como no se puede caerle bien a todo el mundo- se mantiene el estatus de “conocidos".  Luego de transcurridos algunos años fuera de Venezuela, a la familia protagonista de esta historia se le ve como pez en el agua por los territorios de Estados Unidos de Norteamérica.

                En un determinado momento, los papás deciden que es conveniente proceder a la naturalización de sus hijos. Es decir, que sean reconocidos como nacionales y no como extranjeros residentes. Empiezan los típicos trámites burocráticos para obtener la ciudadanía. Ya se ve que por más desarrollado que esté un país, esta gestión siempre será complicada. Por fin, se consigue llegar a la última fase, los aspirantes deber presentarse y pronunciar el famoso juramento ampliamente conocido gracias a Hollywood y sus películas sobre los liceos norteamericanos: "I pledge allegiance to the flag of the United States of America…” 

                Resulta que las 3 hijas menores de esta familia, de las cuales ninguna pasa de 13 años, deciden que ellas no harán el juramento porque no van a  jurar ante una bandera que no es la suya. Así se lo hacen saber a su mamá. Conmovida por la actitud de sus hijas, estuvo pensando el asunto, consigue la solución y se la comenta. Las hijas acceden y justo antes de salir a las oficinas gubernamentales, la mamá tomó 3 Torontos de un mueble de la cocina y se montó en el carro. Con Toronto me refiero, a un producto venezolano que consiste en una bola de chocolate rellena con una avellana. Todo venezolano siempre dirá que está carísimo pero que vale la pena. Al llegar, la mamá le da un Toronto a sus tres hijas y les susurra algo al oído. Las tres niñas, ya frente al funcionario y pronunciando el “Pledge of allegiance” tienen la mano derecha levantada (gesto acostumbrado en las juramentaciones) y la mano izquierda metida en el bolsillo, ¿porqué en el bolsillo?, porque están apretando fuertemente su Toronto. La mamá les había dicho: “el Toronto será el símbolo de que por más juramento que hagan, siempre serán auténticas venezolanas”.

                Oír la actitud asumida por esas niñas y la solución al "problema" es por lo menos, divertido. Yo, personalmente, me conmoví. Veo ahí una señal de un patriotismo genuino. Lejos del concepto deformado de patriotismo que ha causado grandes tragedias para la humanidad, esta anécdota refleja el sentido auténtico de esa virtud, es el amor al país que conquista un espacio primordial en los corazones de sus ciudadanos y los lleva a servirlo y a defenderlo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La razón de ser de este blog

Una vez por razones personales tuve que pasar una temporada larga en NuevaYork. Estuve trabajando en un Instituto que se dedica a dar cursos de gerencia para empresas de entretenimiento. En mi recorrido diario a la oficina aprovechaba para disfrutar de todas las cosas que pasaban a mi alrededor. Algunas más pintorescas y excéntricas que otras pero me entretenía con todas las manifestaciones de esa inmensa diversidad cultural que presentan las grandes metrópolis del mundo.

A las semanas de estar ahí una de mis amistades en el Imperio, me preguntó en un tono entre irónico y serio: Hey Juan (O, Joaaan, como lo diría un gringo en un esfuerzo heroico por pronunciar mi nombre), everything that happens to you is like a great adventure?  Al principio no entendí la pregunta, luego me dí cuenta de que para aquél buen ciudadano de los Estados Unidos era una sorpresa la pasión y la emoción que -inconscientemente- le iba imprimiendo a los relatos que surgían en mis andanzas diarias por Nueva York.

Con el tiempo me he dado cuenta que es algo muy propio de los latinos esa espontáneidad y estilo para hacer de cosas simbólicas o irrelevantes grandes anécdotas de conversación. La mayoría de las veces las reuniones sociales, las conversaciones en los pasillos universitarios o liceístas, los encuentros familiares están continuamente centradas en los famosos "cuentos".

De tal manera que he decido publicar este blog para poner por escrito algunas de las experiencias vividas que, por alguna razón,  han quedado grabadas en mi memoria. Sin embargo, no pretendo ser yo el único autor, me encantaría que cualquiera que tenga cuentos que "hechar" o cuentos que "hacer" (como dirían en estas tierras boricuas) se animara a escribir y a aportar.
"Lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada"
Edmund Burke