lunes, 2 de marzo de 2020

Destapando los secretos del mundo.



Cuando alguna vez recomendé a un adolescente que empezara a leer un libro, me preguntó por dónde empezaba. Por el principio, le contesté. Pero, ¿cuál principio? Fue su respuesta. Tomé el libro que le había sugerido y lo abrí para mostrarle la obviedad de que el principio es la primera página. Inmediatamente me di cuenta de la razón de la pregunta. El libro tenía, antes del primer capítulo, una nota del editor, una reseña biográfica del autor, el prólogo y solo después, venía el primer capítulo. Le expliqué lo que significaba cada cosa, le resolví las dudas y con ello, se animó a leer.  
La experiencia me sirvió para comprender qué importante es ayudar a superar las dificultades que enfrenta quien desea desarrollar el hábito de lectura. En su momento pensé escribir un artículo al respecto, pero no lo hice. Por razón de los comentarios que he recibido sobre mi artículo anterior, ahora retomo esa idea. Deseo ofrecer alguna respuesta a la pregunta ¿para qué leer?
En mi último artículo, afirmé que “la mediación cultural exige un compromiso de estudio serio que, a la luz de un profundo respeto por los derechos y la dignidad de la persona humana, nos permita descubrir qué se debe conservar y qué se debe cambiar, para que realmente construyamos una sociedad más justa”. Esa frase plantea preguntas complejas y desafiantes. Por ejemplo: ¿en qué consiste la dignidad de la persona humana? ¿cuál es el fundamento de esa dignidad? ¿cuáles son los derechos que se derivan de ella? ¿Qué hace exactamente a una sociedad más justa? ¿Qué cambios sociales han hecho avanzar a una sociedad? ¿Cuáles le han hecho retroceder? ¿Qué significa exactamente avanzar o retroceder cuando se habla de la persona humana?
Intentar contestar esas preguntas fundamentados únicamente en reflexiones personales hechas sobre experiencias personales ofrecería respuestas pobres y limitadas. La reflexión y la experiencia de alguien, por más amplia que sea, es siempre minúscula en relación a toda la historia humana. Además, sería superficial ignorar que llevamos siglos buscando respuestas a esas preguntas, el patrimonio cultural que ha producido ese esfuerzo es inmenso.
La puerta de entrada a ese patrimonio es la lectura. A través de ella, desde cualquier habitación del mundo, podemos viajar en el tiempo para conocer, desde dentro, las historias y las ideas que han ido dando forma a la humanidad. Además, la lectura por su naturaleza exige tiempo y concentración, dos realidades indispensables para el desarrollo del pensamiento. Este esfuerzo por leer, que llega convertirse en auténtico placer, es parte del compromiso de estudio serio que planteé como condición de una eficaz mediación cultural. Es un requisito que hace posible ir perfilando lo que nos define como seres humanos y ofrecer auténticas soluciones de progreso social.
En palabras de Miriam Bethencourt, una autora en ascenso, “reading unlocks the secrets of the world so that I can become a better part of it(La lectura destapa los secretos del mundo para que cada uno pueda ser mejor dentro de él).

Sugerencias para desarrollar un hábito de lectura:
  1.  Comenzar por leer libros de interés personal. No solamente porque alguien los recomienda. Si al lector no le interesa el tema difícilmente disfrutará la lectura.
  2. Recomiendo https://www.delibris.org/. En esa web pueden encontrar libros de calidad ordenados por temas. Se pueden encontrar todo género de textos.  También estas dos cuentas de Instagram sugieren textos de literatura de calidad (no ensayos, ni reportajes, etc.): @noencuentrolibros @somosbooktubers
  3. Si eres una persona más auditiva, aprovecha los Audiobooks. Hay bibliotecas digitales con muchos asudiolibros gratis porque no tienen derechos de autor. Por ejemplo: https://librivox.org/
  4. Leer todos los días. Al menos un párrafo.
  5. No tener prisa por acabar libros. El fin de la lectura es enriquecerse con ellos, no terminarlos a toda velocidad.
  6. No extrañarse de que cueste. La lectura es un hábito. Y como todos los hábitos valiosos, son exigentes.


2 comentarios:

  1. Efectivamente la frase que usaste en el artículo anterior es densa para algunos de nosotros los mortales. Mucho mejor ahora tus recomendaciones para incursionar con gozo a la lectura: claras, asequibles y animantes. Sigue escribiendo, compartiendo.

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  2. ¡Muchísimas gracias! ¡Seguimos pa'lante!

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"Lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada"
Edmund Burke